Además de ser versátiles en su uso, las placas de fibrocemento presentan resistencia al crecimiento del moho.
Esto se debe a las materias primas utilizadas, a saber, celulosa, cemento, cal, arena y agua y al proceso de fabricación. En efecto, durante el dicho proceso, la celulosa se degrada y tiende a desaparecer o a convertirse en un material inorgánico, transformándose en inerte, lo cual hace a nuestras placas resistentes al crecimiento de hongos y mohos.